En el nombre del hijo
30/10/10
Entrevista a Isidoro Tolcachir, padre de Claudio, el director teatral de Timbre 4; abandonó la electrónica por la actuación.
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Tras dedicarse por medio siglo a la electrónica, su hijo le propuso que estudiase teatro. Así comenzó Isidoro Tolcachir en los talleres de Alejandra Boero, y hoy lleva más de 20 años sobre el escenario. “Parece que hay un gen en la familia -comenta en broma-. Daniela Pal (actriz) influyó en Claudio (Tolcachir) y él en mí, también su hermano es director de orquesta y su madre tocaba el piano de joven, aunque finalmente se decidió por la medicina, así que algo hay”. Su hijo, Claudio Tolcachir, comenzó como actor, carrera que Isidoro impulsó y apoyó. Hoy dirige el espacio Timbre 4 y es uno de los directores que transita del off al comercial, con gran éxito en sus producciones.
El primer acercamiento de Tolcachir padre al medio fue en los años sesenta, como asistente de dirección en la televisión francesa. Y si bien ha trabajado como actor en el cine y la televisión, confiesa que donde se halla a plenitud es en el teatro. “Empecé a estudiar para buscar un alivio, atravesaba una situación difícil en mi vida, pero me fui quedando y aquí estoy. Actúo por placer, me siento muy motivado cuando lo hago y soy realmente feliz en el escenario”, declara el actor de 73 años.
En estas dos décadas de carrera, Isidoro ha actuado siempre en el off, excepto una versión de El jardín de los cerezos , de Chejov, que dirigió Agustín Alezzo en el Teatro San Martín. Y aunque menciona a su hijo entre sus directores favoritos, reconoce el esfuerzo extra que demanda de ambos el trabajo en conjunto. “No es fácil trabajar con mi hijo, el rol se contrapone con el de la vida real. Pero lo resolvemos -ríe-. Hace poco hice un reemplazo en Agosto , obra que él dirige, después de diez años sin hacer nada juntos, y me asombró cuánto ha crecido como director”. En el año 2000 Claudio Tolcachir, dirigió y actuó en Orfeo y Eurídice , de Jean Anouilh, donde -como en la vida real- ambos interpretaban los papeles de padre e hijo. “Claudio y yo queremos hacer algo juntos nuevamente, hasta ahora no se ha dado, porque ha coincidido con otros compromisos de trabajo, pero estamos pensado que podría ser el año que viene”.
Isidoro considera que su primer trabajo profesional fue en Juana de Lorena , bajo la dirección de Alejandra Boero, en el año 93. Luego sería convocado por Agustín Alezzo para Ah, Soledad de Eugene O´Neil y Recuerdo de dos lunes , de Arthur Miller. “Considero que Alezzo es un gran director, alguien a quien respeto mucho y por quien siento gran admiración”, asegura. También fue dirigido por Lizardo Laphitz en Incendio en la nieve , de Sam Shepard y más tarde en Espectros , de Ibsen.
Actualmente interpreta el personaje de Rubén (un antiguo vecino) en la obraApuntes para volverse a ver del novel director Gonzalo Ruiz. “Yo conocía a Gonzalo como actor, para mí era el remisero de La omisión de la familia Coleman, y tanto yo como el resto de los actores, estamos muy sorprendidos por el talento que ha revelado en la dirección”. La obra transcurre en una casa en la que crecieron cuatro personas que han regresado para cumplir el deseo de quien los crió. Una balacera los obliga a permanecer encerrados junto a este vecino, que parece saber de ellos más de lo que suponían, y quien le impregna un toque de humor que descomprime la tensa trama.
“Mi personaje es un hombre de campo y contrasta con el resto del elenco que es más joven. Yo lo hago muy en serio, el público se ríe pero no de él, sino de la situación de choque y confusión que es graciosa”.
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